La Política;
El tema político, mis viejos eran colorados, mi padre era colorado, porque tenía un amigo que era Ginés Cairo Medina, que era colorado, y tenía un amigo que era colorado y votaban el partido colorado, y la vieja, como el viejo votaba colorado, ella votaba colorado. Pero un día empecé a leer la historia del partido colorado, del partido nacional y leí la historia de Aparicio Saravia, dijo, yo tengo que ser Saravista, Saravia es blanco, pero yo tengo que ser Saravista, la historia a mí me captó y ahí empecé a estar y ayudar siempre en el tema, me acuerdo que éramos muy jóvenes, tenemos 16, 17 años, y yo iba a San Carlos, que estaba un compañero mío el Coco Abasolo, la mamá de Coco era Edil, nosotros salíamos a la calle, nos prestaba el coche para salir a pintar muros, nosotros encantados, te podes imaginar, balde, pintura, brocha, pincel, y hoy es un departamento totalmente blanco, increíble.
Jesús y Antía
Me acuerdo que un día me visita Antía, Me dice, Jesús, tenemos que meternos en el tema de la política. Y sí, yo doy una mano, no hay problema ninguno. No, no, pero tenemos que meternos de pleno porque, ¿viste? Que al fallecer Burgueño se desgrana todo. Y bueno, y parecía que iba a ser Tortorella el candidato, que después Tortorella no quiso ser. Y al final, “largamos a la cancha” con el Coqui entramos perdiendo 5 a 0 con el “Negro” Alcorta, el negro, un hombre de política de toda la vida. Entramos a trabajar en la interna, trabajamos de corrido en el 99, alquilamos otro local, armamos el búnker donde trabajábamos y hacíamos carteles y todo para la campaña. Bueno!!, y llegó el día de la elección de la interna, en aquel momento no había computadora, era la carpeta del delegado y cuando llegaba la carpeta contaba las crucecitas que había y la ponía en un pizarrón, acá ganamos y que acá nos ganó Alcorta y que acá nos volvió a ganar Alcorta y todo eso. Me acuerdo que me voy para el fondo, que había un garaje donde yo tenía todos los teléfonos, en aquel momento estaban los teléfonos de disco se le metía el dedo. Y me encerré allá a recibir los datos que venían de diferentes lugares, en aquel momento eran como la una de la mañana, se abre el portón. Era Antía con la señora y venía con la cara blanca. Dice, perdimos Jesús. Digo, no sé si perdimos todavía. Sí, Alcorta ya salió a festejar que ya ganó. No, no sé, déjame cerrar el portón, déjame ver, recibo los datos, les decía, denme el total. En aquella época era lápiz y papel, hago cuentas y le digo a Antía, ganaste por 250 votos. Me dice, no, pero uno se gana en la elección por 250 votos Jesús. Bueno, vos ganaste por 250 votos. No, dice, ya el otro salió a festejar. Pero tenés como 200 personas ahí afuera, son la una y pico de la mañana, tenes que decirles por lo menos algo, vos ganaste por 250 votos. Bueno, si salgo en tu camioneta salgo, ahí estaba Liliana también, vamos, y Salió Antía, levantó los brazos, ahí salimos en caravana, a las dos cuadras, me quedé con Liliana nada más porque él se bajó en una calle y se perdió y seguimos por todo el departamento de caravana, terminamos como a las cuatro y pico de la mañana y había ganado la interna. Bueno, me dijo yo a la nacional, no voy a ir a nada. Bueno, yo ya te ayudé, me voy a dedicar lo mío.
Mayo del 2000, venís para acá que tenemos que seguir laburando para la departamental. Por suerte, laburamos muy bien para la departamental y salió intendente. Y ligó mal porque agarró justo la crisis del 2002.
Antía llegó intendente con algo maravilloso, que es muy difícil llegar así, sin compromisos políticos prácticamente. Porque el equipo ese que trabajaba mucho. Y entonces terminamos, ganando, entonces le dije, me voy para casa, me voy a laburar que tengo lo mío descuidado.
Y me llama y dice, no, no, pará un poquito, yo te necesito ahora en la intendencia. ¿qué querés que haga? Y dice, hay dos direcciones que quiero que agarres tú, deporte y cultura. Bueno, me quedé con deporte, Y me acuerdo que vino el Dr. Bonilla a cultura, y bueno, felizmente, fue un quinquenio maravilloso en deporte, porque se lograron cosas increíbles, tener 270 campeones nacionales, gente en periodos de entrenamiento como si fuera de alto rendimiento, récord absoluto de muchísimas cosas a nivel nacional, campeón sudamericano, un campeón mundial, Andresito, un campeón mundial de Ultratlhón, un equipo de profesores bárbaros alineados al trabajo, pasamos de tener 11 lugares locales en el departamento a tener 20 y pico de lugares, me acuerdo que en el barrio hipódromo había una iglesia, y fui a hablar con el pastor, y le digo, mire, yo le pinto la iglesia, le mantengo la luz, y usted me deja utilizarlo cuando no da misa? para que la gente de acá venga a hacer gimnasia, hicimos eso, y en el B9 hice lo mismo, había un hermoso lugar ahí en el B9, espectacular, nosotros manteníamos el lugar, le servía al complejo, hacíamos de todo, gimnasia, voleibol, de todo, y pasamos a tener 29 centros, pasamos a tener la escuelita de fútbol infantil de 1500 niños y niñas, fue maravilloso eso, y de ahí de ese núcleo fuerte que es cuando los güirises son chiquitos, que vos empezás a dimensionarlos en función para lo que sirven, porque no todo el mundo sale a jugar al fútbol, todo el mundo le gusta jugar al fútbol, pero no todo el mundo tiene condiciones para jugar al fútbol, algunos tienen condiciones para correr, otros para saltar, otros tienen para nadar, eso 5 años que se batieron todos los récords.
En ese periodo de gobierno, Antía quería hacer una fiesta para la gente de Pan de Azúcar y su entorno después de temporada. Entonces ahí empezamos a “cranear” el tema ese. También vino Lopecito, (Juan Carlos López), a opinar y dar una mano también. Y se congenió el tema del Dulce Corazón del Canto.
Entonces alió el primer festival, y la verdad que fue un éxito, y se siguió haciendo durante todos aquellos años, y hoy sigue siendo un éxito.
La verdad que Dulce Corazón del Canto es una muy linda cosa.
El encuentro de tambores de Gorlero, con Carlitos Páez Vilaró, también otra cosa que entendía que había que hacer algo tradicional nuestro, en temporada, con lo mejor que había, entonces traíamos las mejores comparsas de cada uno de los departamentos, incluir lógicamente Maldonado, pero también de Montevideo.
Y después allá en el norte del departamento lo que era la Fiesta del Jabalí.
Eso fue impresionante, la gente que iba ahí era de todo el país, había gente que me llamaba por teléfono y me preguntaba donde era, porque pensaba que la fiesta se hacía en otra parte del país.
Continua...
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